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Ulem

  • Imagen del monumento Ulem
Dedicado A: 
Al Espíritu Selk´nam
Localización: 
Magallanes y de la Antártica Chilena, Tierra del Fuego, Porvenir
Dirección: 
Avenida Santa María (Costanera) con Intersección Ruta Y-71
Referencia Localización: 
Avenida Santa María (Costanera) con Intersección Ruta Y-71
Categoría: 
Monumentos Públicos
Tipología: 
  • Escultura
Mandante: 
Gobierno Regional
Fecha de Inauguración: 
01/03/2015

El Monumento Ulem (correspondiente a la foto de la derecha) está ubicado en Av. Santa María (Costanera) con intersección ruta Y-71, en la ciudad de Porvenir. Fue inaugurado el 15 de marzo del 2015 por indicación del Gobierno Regional y dedicado en homenaje al espíritu selk’nam. Por su parte, el Monumento Selk’nam (que se observa en las fotos de las esculturas, en la página N° 461) está ubicado en la intersección de las calles John Williams con Teniente Merino, en la ciudad de Porvenir. Fue inaugurado el 2004, por solicitud del Gobierno regional y financiado con aportes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondart. Los selk’nam fueron indígenas cazadores-recolectores que vivieron en las planicies del norte y del centro de Tierra del Fuego, subsistiendo en torno a la caza de guanacos, zorros o coruros. Se organizaban en torno a familias extendidas de tres a cuatro generaciones por descendencia patrilineal, formando clanes en un determinado territorio denominado haruwenh. Eran de gran estatura y se caracterizaban por utilizar pieles de animales y pinturas para cubrir sus cuerpos. Más conocidos como onas, por la denominación que los indígenas del sur, los yaganes o yamanas, utilizaban para referirse a ellos (ona = norte).

Los selk’nam constituyeron una cultura patriarcal que desarrolló un complejo sistema de creencias sostenidas en torno a la ceremonia del Hain. La isla de Tierra del Fuego estaba dividida en siete clanes que habitaban los siete haruwenh distribuidos por la isla. Los matrimonios eran exogámicos, es decir entre clanes, lo que reforzaba el Haim. Esta ceremonia explicaba la cosmovisión selk’nam, marcando el paso de los varones adolescentes a la adultez y reforzaba el secreto sobre el cual se sostenía el patriarcado. Los cahamanes sel’knam o xo’on gozaban de un gran prestigio y eran, junto a los ancianos de los clanes, los cultivadores del saber y las tradiciones selk’nam. A la fecha, la única documentación del Hain existente son las fotografías del sacerdote Martín Gusinde y las etnografías de Anne Chapman. Según Chapman, al establecer los primeros contactos con los colonos chilenos y europeos que se asentaron en la región en grandes haciendas ganaderas en 1880, los selk’nam tenían una población compuesta por 3.500 a 4.000 individuos. Estos perecieron en tres generaciones, producto de la matanza de la que fueron objeto, las guerras entre clanes y, finalmente, producto de las enfermedades contagiadas por los colonos. El exterminio selk’nam llegó al punto en que los colonos hacendados pagaban una libra por cada selk’nam muerto, siendo verificado esto presentando partes mutiladas del indígena asesinado. La última descendiente selk’nam criada en el seno de sus costumbres y cultura fue Lola Kiepja, quien murió en 1966.