Posada del Corregidor

La Posada del Corregidor es una construcción colonial que data de fines del siglo XVIII, ubicada en la que fuera la calle Las Ramadas, actual calle Esmeralda, N°748, en pleno centro histórico de la ciudad de Santiago, en la Región Metropolitana. Es una casa esquina de planta rectangular y dos pisos, con balcón volado y pilar de esquina; que representa la arquitectura clásica de la colonia urbana, pese a carecer de patio. El edificio nunca perteneció a un corregidor. Fue pensada como una posada para los carreteros que emprendían viaje cruzando el río Mapocho para ir por el camino de Chile, actual Avenida Independencia.

Funcionó como taberna hasta fines del siglo XIX con el nombre de La Filarmónica, convocando a su sitio a una diversa gama de parroquianos. En el año 1926, el inmueble fue comprado por Darío Zañartu Cavero, quien quería instalar en el lugar un “Salón de los Recuerdos Coloniales”, lo que jamás ocurrió. Sin embargo, el edificio remodelado se conservó como legado cultural, con la plazuela que rodea al edificio, la pileta de fierro fundido que lo enfrenta y el escudo de armas de la familia Zañartu; lo que probablemente alimentó el mito de que la casa perteneció al Corregidor Luis Manuel de Zañartu durante la Colonia. Entre los años 30 y los años 80 funcionó como sede de la Sociedad de Amigos del Arte, reuniendo a músicos y poetas como Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Tiempo después se instalaría en el lugar una boite llamada La Posada del Corregidor, que se dio a conocer por sus espectáculos nocturnos y malones de la bohemia intelectual santiaguina.

El edificio fue declarado Monumento Histórico en el año 1970, y a fines de la misma década, fue adquirida por el Banco del Trabajo, quedando luego de varias sucesiones en manos del Banco Santander, su actual dueño. En el año 1982 se realizó una restauración y el banco entregó el inmueble en comodato a la Municipalidad de Santiago, bajo el mandato de erigir ahí un espacio dedicado al arte y la cultura. Por eso, en el año 1985 se abrió en el lugar el Centro Cultural Costumbrista. Luego del terremoto del año 2010, la Posada quedó con considerables daños que la dejaron inhabilitada para el uso público. Por eso, durante los años siguientes, el Municipio elaboró un proyecto presentado al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, a través del cual fue posible financiar conjuntamente la restauración del inmueble. Desde el año 2014 funciona como galería de arte abierta al público, administrada por la Municipalidad de Santiago.