A 50 días del inicio del estallido social, un catastro realizado por la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) reveló que 233 Monumentos Nacionales presentan algún tipo de daño en el país: 66 Monumentos Históricos de un total de 1.078; 11 Zonas Típicas, de 146, y 156 Monumentos Públicos.
De los 66 Monumentos Históricos afectados, 51 presentan daños menores: rayados o vidrios rotos. La Región de Coquimbo y la Metropolitana concentran la mayor cantidad de MH con rayados, sobre todo en las regiones de Coquimbo, Metropolitana, Antofagasta, Atacama, Maule y Magallanes. Además, 13 MH o inmuebles en Zona Típica han sido afectados con amagos de incendio, en especial Tarapacá, Coquimbo, Valparaíso y Metropolitana. En los casos más graves, 9 MH han sufrido incendios, que se concentran en las regiones Maule, Coquimbo y Metropolitana.
Los MH emblemáticos son la Iglesia San Francisco y la Escuela Presidente José Manuel Balmaceda (D-2), ambos de Curicó; Iglesia de la Veracruz de Santiago, edificio de la Seremi de Educación y la seremi del Trabajo en la Zona Típica Centro Histórico de La Serena, las Escuelas Concentradas de Talca, el Cerro Santa Lucía de Santiago, y el Edificio de El Mercurio en la Zona Típica Área histórica de Valparaíso.
En cuanto a las 11 Zonas Típicas afectadas, presentan algún daño relacionado con rayados y afectación de mobiliario urbano. Las regiones con mayor cantidad de Zonas Típicas afectadas son la Región Metropolitana y O’Higgins.
De los 156 Monumentos Públicos catastrados que presentan algún tipo de daño, la mayoría está afectado por varios tipos de daño. La distribución de los daños en MP es relativamente homogénea a lo largo del país. El daño más recurrente es el rayado con aerosol, alterando 136 MP y concentrándose en las regiones Metropolitana, Magallanes y Tarapacá.
La ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, informó que, en una labor conjunta entre los equipos de patrimonio del Ministerio de las Culturas, la Secretaría Técnica del CMN, el Ministerio de Vivienda, MOP y SUBDERE, “vamos a desplegar profesionales a lo largo del territorio para que realicen un levantamiento georreferenciado de los daños a bienes patrimoniales, que abarcará no solo aquellos que son monumentos nacionales -monumentos públicos, históricos e inmuebles en zonas típicas- sino también aquellos bienes protegidos por el plan regulador, que son los inmuebles y zonas de Conservación Histórica. En una plataforma común se registrarán especificaciones como el tipo y porcentaje de daño, la materialidad y otros indicadores; además de registros fotográficos, que a su vez, servirán como registro histórico. Este trabajo comenzará en los próximos días y se extenderá por alrededor de dos semanas”.
El propósito, dijo, es levantar de manera sistemática información que permita completar el diagnóstico para estimar de manera más precisa los costos y el volumen de la etapa de recuperación patrimonial, proceso que en muchos casos implicará también instancias de análisis y diálogo entre diversos actores, no solo por la dimensión financiera sino también simbólica. “Todo esto resulta fundamental para las gestiones que en paralelo estamos explorando para apoyar con recursos a los administradores y propietarios de los bienes afectados”, añadió.
