Una mirada que nos lleva desde el norte hasta el extremo sur es la que quedó reflejada en las decenas de fotografías que participaron en el segundo concurso “Enfoca tu Monumento”, organizado por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) en el marco de su 96° aniversario, con el objetivo de incentivar el interés de la población por nuestro patrimonio cultural y natural, su puesta en valor y difusión.
“Nos parece muy interesante la diversidad geográfica expuesta a nivel nacional en cada una de las fotografías recibidas. Destacamos las imágenes que representaron el paisaje natural, como es el caso Santuario de la Naturaleza de las Rocas de Constitución”, dijo Erwin Brevis, secretario técnico del CMN y miembro del jurado, integrado por personas vinculadas a la fotografía y/o al patrimonio.
El único requisito era que la imagen mostrara, total o parcialmente, un Monumento Nacional, en cualquiera de sus categorías, y que este fuese el motivo central de la fotografía. Así, aparecieron Monumentos como el Puente Ferroviario sobre el río Chol-Chol; el Campamento Sewell; la Grúa 82 en el Paseo Bellamar de San Antonio; una minga de tiradura de casa, en Tenaún; la Mano del Desierto; la Oficina Salitrera Humberstone; el Campanil de la Universidad de Concepción, y el Fuerte La Planchada, en Penco, entre muchos otros.
Con el primer lugar, fue distinguido Osvaldo Castillo Montes, con una astrofotografía, toma de larga exposición noctura, del Santuario de la Naturaleza Las Rocas de Constitución, en la comuna del mismo nombre, declarado como tal en 2007. En su superficie de 108,4 hectáreas hay dos sectores de conjuntos rocosos de singular configuración. En uno se encuentra la Piedra de las Ventanas y la Piedra del León. En el otro, la Piedra del Elefante, de la Iglesia y Las Termópilas. Ambas superficies son parte de una costa horadada y fragmentada por el océano, donde estas grandes formaciones de roca son testimonio del antiguo acantilado costero. La Piedra de la Iglesia, en particular, que protagoniza la fotografía ganadora, es una enorme roca abovedada con una altura aproximada de 50 metros, en la que la acción erosiva del mar esculpió cavernas en su interior, que se pueden visitar cuando la marea esta baja. Su premio será un trípode para cámara o trípode pack celular a elección.
El Monumento Histórico Chimeneas de Labrar, en la comuna de Freirina, en la Región de Atacama, es el registro que tomó Gabriela Briceño Gajardo y que por composición visual cálida propio del entorno nortino, con ambas estrucutras protagonistas en la imagen, la hizo merecedora del segundo lugar. En la imagen se aprecian con total claridad estas estructuras de 18 metros de altura, construidas en 1846 y que son vestigios de la antigua fundición de cobre de Labrar. Hoy son los únicos testimonios que quedan en pie de la tecnología que permitió a Chile convertirse en el primer país productor de cobre, entre 1851 y 1880. Actualmente, y dada su alta vulnerabilidad estructural, serán sometidas a obras de emergencia financiadas por el CMN, con el propósito de contribuir al resguardo de este patrimonio. Recibirá un set de publicaciones del Consejo de Monumentos Nacionales.
El tercer lugar fue para Catalina Navarro Chamal, con su fotografía que retrata el Monumento Histórico Teatro Pompeya, de Villa Alemana, con un organillero en su acceso principal. La imagen capturada en blanco y negro en clave alta del teatro, muestra uno de los hitos fundacionales de la ciudad. El edificio, construido en 1925, se impone en el paisaje local debido a su gran envergadura, que contrasta con las construcciones que lo rodean. También obtendrá un set de publicaciones.
En la categoría de menores de 18 años, se entregó un premio único a Nélida Asencio Gallardo, de 16 años, por su inspirada fotografía del Monumento Público al Inmigrante Croata, de Punta Arenas. Erigido en 1970, fue creado por el escultor Miodrag Živković en colaboración con el ingeniero y arquitecto Djordje Zlokovic, y representa a la familia croata alzando sus brazos a su descendencia, en permanente diálogo con sus raíces socioculturales en las costas de Dalmacia. Constituye un homenaje a las familias migrantes croatas que arribaron a la Región de Magallanes desde mediados del siglo XIX y, con fuerza, durante las primeras décadas del siglo XX.
