En 1910 se celebró en Chile los cien años del inicio del proceso emancipador que llevó a la independencia del país.
El Centenario comenzó a organizarse desde fines del siglo XIX con la constitución de una comisión que tuvo como tarea proponer los proyectos y actividades para los festejos.
Se invitó a diversas delegaciones extranjeras para que vinieran a ver los adelantos que el país había llevado a cabo, realizando para esto, una serie de obras públicas como el alcantarillado, un nuevo alumbrado público y la inauguración de edificios como el Museo de Bellas Artes.
Como parte de estas conmemoraciones, fueron inaugurados diversos monumentos y obras conmemorativas, muchos de ellos correspondientes a donaciones de las colonias extranjeras.
El kiosco de Retreta, ubicado en la plaza Colón de la ciudad de Antofagasta, construido en 1910, fue iniciativa de los eslavos residentes quienes lo donaron a la ciudad con motivo del Primer Centenario de la Independencia Nacional.
Posee un estilo arquitectónico neoclásico tardío destacando su herrería forjada.
Galería
