El pasado miércoles 19 de noviembre el Consejo de Monumentos Nacionales acordó por unanimidad validar las Normas de Intervención, cuyos lineamientos determinan qué se puede hacer –y qué no– en esta área protegida que fue declarada  Monumento Nacional en categoría de Zona Típica o Pintoresca en 2024. El énfasis está en el tratamiento del espacio público y los elementos paisajísticos.

La isla Aucar posee una superficie de 2 hectáreas y no tiene habitantes permanentes, no obstante alberga construcciones clave como su iglesia y el cementerio, cuyo cuidado se verá fortalecido con estos nuevos lineamientos. También se concretaron criterios específicos para las tres edificaciones presentes en la isla de Aucar (iglesia, casa de la ermita y bodega), además de orientaciones para el diseño e instalación de publicidad y propaganda y la conservación del cementerio con el fin de resguardar sus valores ambientales y patrimoniales.

“Contar con lineamientos de intervención creados en conjunto con el municipio y la comunidad, nos permite asegurar su mantención a futuro, por lo que valoramos profundamente esa participación e involucramiento por su entorno. La Isla de Aucar es parte de la tradición cultural chilota y de una espiritualidad de larga data que la hace única y especial, por ello también fue declarada como Monumento Histórico en 2024 desde el Consejo de Monumentos”, señaló la presidenta del CMN y subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez Dattari.

Las normas de intervención fueron desarrolladas por profesionales de la Oficina Técnica Provincial Chiloé del CMN, entre abril y noviembre de 2025. Durante todo el proceso se contó con la participación activa de la comunidad y autoridades locales con jornadas participativas, visitas y reuniones en terreno con diferentes actores y autoridades locales, sumado al apoyo de equipos técnicos del Municipio de Quemchi. Lo que se busca es respetar los valores y atributos reconocidos para esta Zona Típica, y conciliarlos con los usos que la comunidad le da, tanto en su expresión religiosa y espiritual como en lo más pragmático, ejemplificado con el comercio instalado en el borde costero que enfrenta a la isla.

Lineamientos de intervención

El espacio público se divide en cinco: borde costero, humedal, pasarela, isla y jardín botánico, y explanada frente a la iglesia. Respecto del primero, se establece descomprimir el área de acceso mediante reordenamiento, nuevos trazados y circulaciones, además de unificar y simplificar las señales informativas y turísticas y restringir la instalación de nuevos puestos comerciales), manteniendo solo los existentes. Asimismo, fomentar la construcción de pasarelas y miradores en la playa.

Sobre el humedal, cuerpo de agua que alberga el ecosistema con suelos y vida vegetal y animal adaptados a la saturación hídrica, se busca asegurar la mínima intervención posible, y considerar que eventuales intervenciones contemplen el resguardo de avifauna. Por ello, no se debe construir en el humedal ni rellenarlo. Tampoco intervenir las cuencas hidrográficas o realizar intervenciones en el área de descanso de aves ni provocar una alteración significativa del valor paisajístico o del equilibrio natural.

Sobre la pasarela, se establece mantener el trazado y dimensión existente, unificar y simplificar señales informativas y turísticas de los extremos. Asimismo, mantener despejadas las circulaciones y vistas hacia isla Aucar, y dar continuidad a la mantención periódica con participación de la comunidad, conservando el sistema constructivo y la materialidad preexistente (coigüe y canelo para la estructura y luma para los pilotes).

En cuanto a la isla propiamente tal y su jardín botánico, los lineamientos apuntan a conservar el trazado de senderos peatonales existentes, así como inhabilitar y señalizar aquellos que están erosionados en la zona norte. Mantener las especies vegetales existentes en buen estado y conservar legible el etiquetado, mobiliario de madera, de líneas simples y sin luminarias.

La explanada que enfrenta la iglesia, que es muy utilizada en las fiestas religiosas, debe conservar su actual proporción, dimensiones y delimitar la ruta de los pasacalles con flores amarillas (como solicitó la comunidad) y que el área de césped respete el carácter religioso. En cuanto al cementerio, debe respetar el espacio intersticial de circulación que queda entre las tumbas, siguiendo el ordenamiento orgánico no regulado que posee hoy.