- Inmueble
- Residencial
- Vivienda
El fundo Hualpén se encuentra ubicado a 18 kilómetros de la capital de la Región del Bío-Bío, Concepción, cercano a la desembocadura del río Bío-Bío. La casona, construida entre 1870 y 1880, es una gran mansión de forma cuadrada, con techo de tejas de arcilla, un patio central y amplios corredores exteriores vidriados, ajustándose al modelo casa patronal chilena de la Zona Central. Se encuentra rodeada de un hermoso parque, el cual se puede recorrer a través de senderos que conducen a miradores orientados hacia el mar. Dentro de los atractivos naturales del sitio se destaca uno de los últimos vestigios del bosque nativo costero de la zona, cercano a la desembocadura del río, lo cual le otorga un valor patrimonial natural adicional. Las trasformaciones posteriores dieron mayor importancia al lado sur y oriente, donde se encuentra las anchas galerías vidriadas que tienen vista hacia la desembocadura y el mar. Su dueño fue don Pedro del Río Zañartu, gran empresario, agricultor, ballenero, salitrero y escritor. Además fue un apasionado viajero que dio cuatro veces la vuelta al mundo, entre fines del siglo XIX y principios del XX. Se dice que sus travesías fueron causadas por la muerte de la mujer del hacendado, la aristócrata Rosa Serrano. Fue uno de los siete hijos de Pedro José del Río y Cruz (1817-1862) y Francisca Zañartu Trujillo (1817-1918), junto a Artemio, Parmenia, Arístides, Néstor, Celedonio y Adela, quien falleció a los 19 años de edad. Pedro nació en 1840 en el fundo de la familia materna en Hualpén. “Mucho tenía de Del Río don Pedro en la dulzura y la claridad de su mirada y en su talante de gran señor, pero en la resolución y en la energía de su carácter rezumaba lo Zañartu”. Su niñez la vivió entre el solar familiar en calle O’Higgins con Rengo en Concepción, el fundo Hualpén y La Quinta (Los Carrera con Avda. Prat), lugar de veraneo de la familia.
En cuanto a sus estudios, fue alumno del tradicional Liceo de Concepción, pero debido a su carácter orgulloso, a los 10 años es enviado a Valparaíso. De regreso en Concepción se interesó en los negocios, invirtiendo su fortuna en empresas agrícolas y comerciales. Participó en minas de oro, refinerías de azúcar, caza de ballenas y exportación de cereales.
Paralelamente a su actividad comercial, ocupó distintos cargos en diversas instituciones que organizó junto a un grupo de destacados vecinos y amigos: Beltrán Mathieu, Héctor Brañas, David Fuentes y Alberto Trumbull.Fue Director del Banco de Concepción, contribuyó a la creación del Teatro de Concepción, el Club Concepción y apoyó con una gran suma de dinero el proyecto de Universidad y Hospital Clínico, que dio origen a la Universidad de Concepción, en 1919.
A los 35 años conoció a Ana Rosa Serrano Squella (1855-1880) de 20 años. Infortunadamente, los años felices del matrimonio se esfumarían una semana de febrero de 1880, debido a una epidemia de difteria que asolaba la ciudad. En el fundo Hualpén, Ana Rosa junto a sus pequeños hijos Ana Rosa (1876-1880) y Pedro (1878-1880) fallecerían el 18, 19 y 20 de febrero, días que marcarían para siempre a Pedro del Río y Zañartu. La desalmada enfermedad le había arrebatado a su familia.Ofuscado por el dolor decidió viajar por el mundo para olvidar o bien para encontrar la muerte. La mañana del 7 de julio se embarcó en Valparaíso rumbo a lo desconocido. Retornó dos años más tarde, después de recorrer los cuatro continentes.
En su ciudad, iniciaría una nueva etapa en su vida junto a la distinguida dama penquista Carmen Urrejola y Unzueta (1848-1932). Su matrimonio se prolongaría por más de tres décadas, hasta la muerte del filántropo.Su última actividad pública fue el aniversario 50° del Club Concepción en septiembre de 1917. Dos meses más tarde modificó su testamento, en el cual donó a la ciudad su fundo –que incluye Parque y Museo con más de 6 mil piezas de colección- y sus casas de Concepción. La diabetes cobraría su vida en mayo de 1918. Se encontraba en su casa de Tucapel 317, hoy desaparecida, junto a su esposa. Tanto su enfermedad como sus funerales fueron informados por la prensa de la época.
El Diario El Sur publicaba:
“Todos los diarios deploraran, en términos sentidísimos, el fallecimiento de don Pedro del Río Z., a quien presentan como el prototipo del filántropo en toda amplia acepción de esta palabra. Dicen que el duelo no afecta a Concepción, sino al país entero”.
Su sepultura se sitúa en las calles Osvaldo Aichel con Desiderio González, en la Plaza que lleva su nombre. Fue adquirida en 1849 y su construcción data de 1880, tipo bóveda subterránea. Una reja rodea uno de los mausoleos más significativos del Cementerio General de Concepción. La figura a escala real de Pedro del Río y Zañartu, tallada en mármol blanco de Carrara, representa el dolor al tener que enfrentar la muerte de su joven esposa e hijos pequeños. Don Pedro, acongojado por la tragedia, durante su primer viaje alrededor del mundo de 1880, solicitó al escultor español Felipe Moratilla, las esculturas que muestran a Ana Rosa junto sus dos hijitos.
Ante su fallecimiento habría decidido alejarse de la residencia y encontrar suelo en sus múltiples recorridos por el mundo. A lo largo de sus viajes y dado que era dueño de cinco embarcaciones, Del Río acumuló una vasta y heterogénea colección de objetos propios de diferentes culturas. A su muerte, en 1918, legó por testamento el fundo de Hualpén, con su casa y colecciones, a la ciudad de Concepción. En 1938 la casa fue abierta al público como museo. La mansión ha sido conservada como residencia de la época para exhibir las abundantes piezas reunidas por su dueño, entre las que destacan colecciones de ebanistería oriental, armas del siglo XVIII, monedas, iconografía religiosa, arte egipcio, platería mapuche e hindú, etc.; además el museo contiene el testamento del presidente Manuel Balmaceda. Otra parte de la casa ha sido acondicionada para presentar colecciones de arqueología regional reunidas en épocas recientes. Es declarada Monumento Nacional el 10 de junio de 1976 y actualmente sigue funcionando como Museo custodiando más de seis mil piezas procedentes de África, América, Asía y Europa. Decreto 556 (1976)
Fuentes:
- Cartes Montory, Armando. Pedro del Río Zañartu: Patriota, Filántropo y Viajero Universal. Sociedad Editora Aníbal Pinto, Concepción, 1997.
- Loyola Orias, Verona. Guía Patrimonial Cementerio General de Concepción: Circuito de Personajes y Familias Históricas. Ediciones del Archivo Histórico de Concepción, Concepción, 2015.