Nunca se podrá compensar la tragedia, el dolor y las cicatrices que dejan en una sociedad las violaciones a los derechos humanos. No hay justificación ética alguna que valide la tortura, el asesinato y la desaparición forzada de personas. En las últimas décadas, los acuerdos internacionales y una mayor sensibilidad ciudadana activa, han sido claves para que tales violaciones se constituyan en delitos de lesa humanidad, y sus responsables sean perseguidos por los tribunales de justicia.
Patrimonio de La Memoria de los Derechos Humanos en Chile
