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El Cerro Grande de La Compañía es un cerro-isla del Valle de Rancagua, ubicado en el curso medio del Río Cachapoal, a 90 km. al sur de Santiago, VI Región del Libertador Bernardo O'Higgins. El cerro se levanta 677 mts. por sobre el nivel del mar y presenta una serie se desniveles rocosos tipo escalones naturales. Además, en su ladera norte desciende en forma de acantilado. Quedan algunos vestigios de ciénagas que en el pasado deben haber cubierto una gran extensión.
Sobre el cerro se ubica un Pucará o fortaleza, cuya importancia radica en que es una de las edificaciones más australes que se conservan del Imperio inca, junto con el Pucará del Cerro La Muralla, en la comuna de San Vicente de Tagua Tagua. La construcción habría sido usada por los naturales de la zona, llamados también Promaucaes, entre el sigo XIV y siglo XV. De esa etapa se han identificado restos materiales que pertenecerían a una vivienda de gran dimensión y de forma circular.
De un segundo período que va entre el siglo XV y las primeras décadas del siglo XVI, esta vez de origen incaico, se han hallado huellas de una plaza intramuros y muros perimetrales de vasta extensión. Estos restos corresponderían a acciones estatales comandados por el Imperio funcionales a su avance hacia el sur.
Una de las características del sitio es su ubicación estratégica y su excelente visibilidad hacia todos los sectores del Valle de Angostura de Paine y Cuesta Chada por el norte, Angostura de Rigolemo por el sur y faldeos de la Cordillera de la Costa y los Andes.
En la zona y puntualmente en el Pucará, se habrían librado enfrentamientos de dos tipos: por una parte, defensa de los territorios Promaucaes, intentando detener el avance Inca. En segundo lugar y con posterioridad, resistencia a la conquista hispana.
El Pucará del Cerro La Compañía forma parte de un sistema defensivo levantado por los indígenas locales y encuentra otras de sus expresiones en el conocido Pucará de Chena. Así lo indican recientes estudios arqueológicos y etnohistóricos, además de las crónicas de conquistadores españoles que narran los conflictos que tuvo el Imperio Inca para avanzar hacia el Río Maule y luego los diversos ataques que recibieron desde las fortalezas impidiendo la colonización europea.
Los españoles que dejaron registro hablan del Pucará del Cerro como el Fuerte del Río Cachapoal. Según la crónica de Gerónimo de Bibar del año 1558, las huestes habrían tratado de tomar la construcción en la misma fecha que la destrucción de Santiago de 1541, en la que Michimalonco quemó la ciudad fundacional. Bibar insiste en que las ciénagas y la vegetación tupida dificultaban el paso de los caballos que transportaban a los hispanos. A su vez que la visibilidad desde el Pucará los dejaba en una situación de suma desventaja. A ello se suman la ubicación en un cerro isla -es decir no conectado por un cordón montañoso- los muros "palizados" construidos por los indígenas y la disponibilidad de agua y especies vegetales comestibles, que hicieron de la fortificación un sitio privilegiado por los distintos tipos de defensa, ya sea Promaucae o Inca.
Por su importancia arqueológica y relevancia para profundizar el conocimiento del mundo indígena, el Pucará del Cerro La Compañía fue declarado Monumento Histórico en 1992.
En los últimos años ha sido objeto de nuevas investigaciones que buscan identificar su rol dentro de los contactos inter etnias, previos y posteriores a la invasión española.