En la década de 1920, siendo Iquique un importante centro salitrero y la cuarta ciudad del país, se gestó una sociedad interesada en acudir a diferentes espectáculos, ya fuese a partidos de fútbol o al Teatro Municipal.
En 1927, con vistas al desarrollo local, se decidió la construcción del Estadio Municipal de Cavancha, que se materializaría en 1932. El recinto deportivo abrió sus puertas prestando tres funciones deportivas: fútbol, atletismo y ciclismo, a los que se sumaría luego el boxeo, además de eventos religiosos, presentaciones artísticas y ceremonias de reconocimiento a miembros destacados de la comunidad.
Es un lugar emblemático en la memoria colectiva de Iquique por haber sido por más de 80 años el escenario de acontecimientos deportivos, artísticos y sociales. Es uno de los vestigios materiales sobre los que se sustenta la denominación "Tierra de Campeones" con la que se identifican a nivel nacional a los iquiqueños.
En él se han desarrollado actividades deportivas locales, nacionales e internacionales; fomentando, con ello, el desarrollo de la práctica deportiva a nivel nacional.
Es la infraestructura deportiva más antigua de la Región y el último inmueble que da cuenta de la historia deportiva de Iquique, dando testimonio de los esfuerzos realizados desde el Estado para el desarrollo de la región tras la crisis económica de 1929.
Refleja los cambios sociales y económicos que supuso la industrialización de la zona, provocando la aparición de la burguesía y del proletariado que demandaban mayores posibilidades de esparcimiento.
