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La Vendimia

  • Imagen del monumento La Vendimia
Dedicado A: 
La Vendimia
Localización: 
Maule, Curicó, Curicó
Dirección: 
Alameda Manso de Velasco con Camilo Henríquez y Arturo Prat
Referencia Localización: 
Alameda Manso de Velasco con Camilo Henríquez y Arturo Prat
Categoría: 
Monumentos Públicos
Tipología: 
  • Escultura

El Monumento La Vendimia está ubicado en avenida Alameda Manso de Velasco, entre Camilo Henríquez y Arturo Prat, en la ciudad de Curicó. La obra representa a una pareja de trabajadores en las labores de la vendimia. La representación del hombre da cuenta de la faena de la recolección de las uvas y simboliza la fortaleza de los sarmientos de la vid. Por su parte, la mujer representa la fertilidad y la voluptuosidad, propia de la faena de la refriega. Ambas labores se relacionan de manera armónica, motivo por el cual la escultura figurativa entremezcla al hombre y a la mujer como un símbolo de la complementariedad del proceso de la vendimia, además del erotismo y la integración de la mujer y el hombre en la faena productora del mosto. El origen de la vendimia en Chile se remonta a los primeros años de la colonia, en el siglo XVI, cuando en el sector de La Chimba (la zona de Independencia, Recoleta y la Cañadilla o Huechuraba) se asentó la hacienda de doña Inés de Suárez, la primera mujer española en pisar el territorio nacional. Años más tarde, Inés de Suárez obsequiará estos terrenos a la Orden de los Dominicos, quienes comenzaron con la plantación de viñedos y donde comenzó a efectuarse la tradicional “Fiesta de la Uva” y la “Semana de la Uva”.

La fiesta se desarrollaba a lo largo del proceso de producción artesanal de los vinos. Comenzaba por la madrugada, con la recolección de la uva, faena que era efectuada por hombre, mujeres y niños. Al mediodía se entregaba una colación o “tentempié” formado por charqui de vacuno con quesos, porotos con mote, pan amasado, tortilla de rescoldo, un mate y un jarro de vino. Terminada la fase de recolección se iniciaba la “refriega”, en la que mulatos y mujeres danzaban en las zarandas en las que se colocaban los racimos de uva. Con la fricción de los pies sobre las uvas se producía el mosto, formado por orujo de uva. Finalmente, era almacenado y envasado para que en el proceso de fermentación el mosto se transformara en vino. La producción de vino rápidamente se extendió por el territorio nacional. Ya en 1594, en las haciendas establecidas entre Coquimbo y Concepción, se producían más de cien mil arrobas anuales, equivalentes a un 1,6 millones de litros de vino destinados al consumo interno de la colonia. El proceso de producción artesanal se mantuvo por años, hasta el siglo XIX, cuando las haciendas productoras de vino asentadas en el Valle Central se modernizaron. A partir de 1850 se comenzó con la mecanización de las faenas de producción, aumentando la complejidad técnica, importando cepas y generando sistemas de transporte y almacenado que potenciaran la producción nacional. Estos resultados comenzaron a observarse desde 1880 en adelante, cuando concluyó el proceso de formación y transición de la industria vitivinícola, instalándose como una de las principales actividades económicas del país. La Fiesta del Vino del Valle de Curicó se efectúa anualmente durante el mes de marzo a lo largo de cuatro días, comenzando el jueves y concluyendo el domingo. En la actividad se presentan los productos de los pequeños productores y se generan fiestas en las que participan los artistas curicanos más destacados.