Con un aplauso cerrado de todos los asistentes, y un decidido reconocimiento al legado de Violeta Parra y sus hijos Isabel y Angel en el nacimiento de la nueva canción chilena, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) decidió por unanimidad acoger la solicitud de declaratoria como Monumento Nacional, en categoría de Monumento Histórico, de la casona ubicada en calle Carmen 340, en la comuna de Santiago, Región Metropolitana, que albergó a la histórica “Peña de los Parra”, así como a los 36 murales que la artista pintó en las paredes de adobe de la casa donde se instalaba el escenario.
El recinto –que ya no cuenta con su distintiva fachada, aunque mantiene habitaciones y patios- es propiedad de la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez, donde en forma sorpresiva se procedió esta semana al retiro de los murales, que fueron sacados con parte del adobe incluido, pues el inmueble sería puesto a la venta. Por ello, el CMN decidió además implementar medidas provisionales en favor de la casona, de modo que cualquier intervención en ella debe ser previamente autorizada por el Consejo, hasta que el decreto oficialice la declaratoria.
La subsecretaria del Patrimonio Cultural y presidenta del CMN, Carolina Pérez Dattari, informó que “nos han alertado sobre el riesgo que enfrentan algunos de los murales pintados por Violeta Parra en la casona de Carmen 340, lo cual pone en peligro los atributos fundamentales de la obra, que están profundamente ligados al lugar y contexto en el que fueron creados. Por ello, junto con la aprobación de la solicitud de declaratoria, contar con las medidas provisionales ya vigentes por resolución, nos permite preservar estas obras en su emplazamiento original, tal como corresponde y como lo exige el legado cultural que representan.”
“La protección de la casona que albergó a la 'Peña de los Parra' es un acto de justicia histórica y cultural que garantiza la preservación de un espacio emblemático para la memoria colectiva y el patrimonio artístico de Chile. Implementar medidas provisionales es clave para evitar intervenciones que comprometan su conservación, asegurando una gestión técnica y responsable que permita proyectar este legado a las futuras generaciones”, enfatizó Nélida Pozo Kudo, directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y vicepresidenta del CMN.
La Resolución Exenta N°1040 –que será publicada el lunes en el Diario Oficial- establece que las intervenciones que requieren autorización previa son los trabajos de conservación, reparación, restauración, destrucción o transformación del inmueble, así como también para remover objetos que forman parte o pertenecen a este.
“Solo nos queda agradecer esta iniciativa, frente a la horrorosa sorpresa que esta casa nuestra tan querida se iba a demoler. Lo supimos hace pocos días, nos pusimos en campaña y tengo que agradecer a la subsecretaria y a personas sensibles, con el corazón bien puesto, que participaron en este salvataje y que nos permite contar por qué es importante recuperar la casa de Carmen 340. Esperamos que se pueda recuperar y sea la cuna futura de la creación artística”, dijo una emocionada Isabel Parra, quien no dejó de recordar la importancia de la figura de su hermano Ángel.
Ilustres participantes de la peña
La “Peña de los Parra” nació en 1965, cuando Isabel y Angel Parra –hijos de Violeta- volvieron de París. Inspirados en locales del barrio latino de la capital francesa, como la Candelaria y L´Escale, donde grupos y artistas latinoamericanos interpretaban las canciones de sus respectivos países, se instalaron en la casa de Carmen 340. “Nuestro canto no tenía cabida en el repertorio de esos años, así que abrimos nuestro propio espacio”, recuerda Isabel.
Así, entre mesas sencillas de madera, sillas de totora, paredes llenas de cientos de escritos y una red de pesca como techo, la “Peña de los Parra” acogió a artistas nacionales como Los Curacas, Margot Loyola, Rolando Alarcón, Víctor Jara y la propia Violeta Parra, además de grupos como Quilapayún o Cuncumén. Fue el resurgimiento del folklore de raíz campesina y el inicio del movimiento de la Nueva Canción Chilena, con representantes como Héctor Pavez, Inti-Illimani y Quilapayún, entre otros, que influyeron significativamente en la cultura y la identidad nacional. Después de ocho años de funcionamiento, el Golpe de Estado puso fin a la Peña. Partieron al exilio.
La petición de declaratoria fue presentada por la hija de Violeta, Isabel Parra, los nietos –hijos de Angel- y por la directiva de la Fundación Violeta Parra y del Museo Violeta Parra, quienes asistieron presencialmente a la sesión que se realizó el miércoles 18 de diciembre en el Palacio Pereira. La solicitud fue acompañada por una carta de apoyo firmada por Jorge Coulon (Inti Illimani), Roberto Márquez (Illapu); Eduardo Gatti; Eduardo Carrasco (Quilapayún); Luis Emilio Briceño y Nano Stern.
A juicio de los consejeros, la declaración de este espacio como Monumento Histórico “no solo contribuirá a la preservación de su obra y de la memoria colectiva, sino que también permitirá a las futuras generaciones reconocer la importancia de este lugar como punto de partida para muchas de las expresiones artísticas que se gestaron en el país y que hasta el día de hoy nos inspiran. La casona y los murales son un legado vivo de la visión de Violeta Parra, que apostaba por una cultura inclusiva, comunitaria y profundamente enraizada en el sentir popular”.