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Consejo de Monumentos Nacionales concluye obras de emergencia en Pucará de Turi, en la región de Antofagasta

Imagen de Consejo de Monumentos Nacionales concluye obras de emergencia en Pucará de Turi, en la región de Antofagasta

Los trabajos, que se desarrollaron durante varios meses, se ejecutaron en la kallanka de adobe y piedra, parte del Sitio de Patrimonio Mundial Qhapaq Ñan. La inversión total alcanzó casi 120 millones de pesos.

Jueves, 4 Mayo, 2023

Después de seis meses de trabajos, la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (ST CMN) dio el visto bueno a las obras de emergencia ejecutadas en el Pucará de Turi, ubicado a 3 mil metros sobre el nivel del mar, y a 75 kilómetros de Calama, en la Región de Antofagasta.

Se trata de los restos de la que fue la ciudad fortaleza más grande la cultura atacameña, pero que con el paso de los años y las condiciones atmosféricas sufrieron serios daños, especialmente en la estructura principal, conocida como kallanka, cuya vulnerabilidad era superior por ser la estructura más alta del Pucará, construida de adobe con cimientos de piedra, a diferencia del resto del poblado.

El diseño y la ejecución de los trabajos en el pucará, que es parte del Sitio de Patrimonio Mundial Qhapaq Ñan o red vial incaica, en la Región de Antofagasta, implicó una inversión de $118.654.900, financiados por el Consejo de Monumentos Nacionales, que depende del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.

“Estamos satisfechos con los trabajos que nos permiten resguardar este patrimonio, que es a la vez Monumento Histórico y Arqueológico. Se trató de un proceso más largo de lo previsto, dada su complejidad en cuanto al componente arqueológico y la importancia de la participación de la comunidad indígena asociada al bien”, explicó el secretario técnico del CMN, Erwin Brevis.

Entre los daños que presentaba la kallanka estaba el desprendimiento de piedras de sobrecimientos, socavamiento de bases de muros de adobe, grietas con afectación de elementos estructurales y erosión de muros de adobe. Las obras tenían como propósito eliminar la vulnerabilidad estructural de la kallanka, y resguardar los valores arquitectónicos y arqueológicos del inmueble, garantizando su permanencia para futuras generaciones e investigaciones. Dada la unicidad del sitio, las obras requirieron de un diario y riguroso monitoreo arqueológico y contaron con la participación de la comunidad indígena Ayquina, Turi y Paniri en su ejecución.

El Pucará —que significa cerro fortificado—​fue una aldea nucleada con características de ciudadela. En ella se distinguen diversos espacios de especialización: sectores habitacionales, ceremoniales y funerarios, en conjunto con calles, caminos y marcadores de tránsito. La kallanka, a su vez, es una construcción incaica de forma rectangular con orientación norte -sur, con techo a dos aguas y muros de adobe de 0,7 a 0,9 m de espesor, con 5 m de altura en los muros norte y sur. Se ha determinado que su edificación se remontaría al año 1250.