Tras la decisión unánime del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y su publicación en el Diario Oficial del decreto respectivo suscrito por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, quedó oficializada la declaratoria como Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, del Conjunto de negativos fotográficos de la exposición Rostro de Chile de 1960, perteneciente a la Colección Archivo Fotográfico del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Se trata de los 325 negativos originales de la muestra -de un total de siete mil registros- que fueron captadas por los fotógrafos más notables de mediados del siglo XX.
La solicitud fue formulada en octubre de 2022 por Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, y contó con la carta de apoyo de Rosa Devés, rectora de la Universidad de Chile. El Archivo posee otros Monumentos Históricos entre sus bienes, como las Colecciones Neruda, las Colecciones Americanas y las Colecciones de Manuscritos.
La exposición “El Rostro de Chile” fue idea del artista Antonio Quintana, maestro de la fotografía social, y Roberto Montandon, quien estuvo ligado durante 50 años al CMN, y que por entonces dirigía el Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm de la Universidad de Chile. Ambos trabajaron el guion que buscaba configurar un retrato gráfico del país, dando cuenta tanto de las realidades geográficas como de la presencia de las personas junto a sus actividades. También está el trabajo fotográfico de Domingo Ulloa, Mario Guillard y Fernando Bellet.
Para la exhibición se seleccionaron 410 imágenes, de un total de siete mil negativos que resultaron de este trabajo, y que luego se redujeron a 325, las que fueron expuestas en los patios de la Universidad de Chile. Después de recorrer el país, la exposición viajó al extranjero gracias a la ayuda del Ministerio de Relaciones Exteriores, que permitió su difusión por América Latina. Más tarde, recorrió Estados Unidos y numerosos países de Europa para finalizar con la exposición en la Feria de Osaka, en Japón, en 1969. Las fotografías impresas se perdieron.
Los consejeros destacaron los valores históricos de este conjunto de negativos, que da cuenta de uno de los esfuerzos más significativos de la segunda mitad del siglo XX en Chile por identificar, documentar, proteger y poner en valor el patrimonio cultural de nuestro extenso territorio; transformándose en un importante referente para nuestro legado cultural, un proyecto icónico y pionero que hizo debutar con belleza, arte, maestría y con un amplio sentido de lo público las muestras de fotografías a gran escala, que para el momento significó un esfuerzo técnico y profesional inédito para la historia del país.
El CMN solicitó los buenos oficios para que el Archivo Central Andrés Bello prosiga en la labor de identificación de los 7 mil negativos.