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Ubicado a pasos de la Plaza Baquedano se encuentra el edificio de la Embajada de la República Argentina. El predio, donde se encuentra, fue donado por el gobierno de Chile en 1912 como un gesto de amistad y reciprocidad, ya que el gobierno argentino había otorgado una propiedad con iguales fines en Buenos Aires.
Luego que un incendio destruyera casi la totalidad del edificio en 1943, el gobierno chileno decidió hacerse cargo de su reconstrucción a través de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas. El proyecto elegido fue el de los arquitectos Alfredo Johnson y Carlos Feureisen y fue llevado a cabo entre los años 1944 y 1945.
El edificio se inspira en el estilo neoclásico de la Escuela de Beaux Arts de Paris y presenta un volumen de tres plantas, aislado y ubicado al centro del terreno diseñado con un parque. Posee un gran salón de 20 metros de largo por 6 metros de ancho, con cinco puertas de acceso al cual se llega por una galería en cuyo extremo sur se encuentra el comedor, mientras que en el extremo norte se encuentra el Salón San Martín. Contiguo al comedor hay una gran terraza con sus barandas, jarrones floridos y escaleras dobles como reminiscencias de Roma y Versailles.
La fachada poniente destaca por los ventanales de la galería y el jardín de invierno que hacen de espejo de los árboles y del cielo.
El patio trasero tiene también un hermoso parque con palmeras, acacias y algunas coníferas, además de senderos de piedra que llevan al garaje y zona de vestuarios de la piscina, antigua casa de cuidadores.
