Back to top

Teatro Grez y Lavandería del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz

Componentes: 
Teatro Grez y Lavandería del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz
Localización: 
Metropolitana de Santiago, Santiago, Recoleta
Dirección: 
Avenida La Paz 841
Categoría: 
Monumentos Históricos
Tipología: 
  • Inmueble
  • Equipamiento
  • Cultural

El Teatro Grez se inserta en las transformaciones que sucedieron en Chile entre los siglos XIX y XX: la "Belle Époque", el incipiente desarrollo de las artes escénicas y la creciente profesionalización de la psiquiatría chilena, la cual fue enriquecida con ideas traídas desde Europa, y la llamada "cuestión social", incorporando nuevos tratamientos para sanar o dar una mejor vida a los enfermos internados en la Casa de Orates: el trabajo, los espacios de libertad y entretenciones como la música, la danza y el teatro. En primera instancia, el teatro se concibió como parte de los "salones Grez", en honor a su benefactor, Manuel Silvestre Grez (1821-1895), personaje perteneciente a la elite chilena de la época que al morir legó dinero para la Casa de Orates de Nuestra Señora de los Ángeles. Dichos salones fueron concebidos para tener una doble función: como estadía de enfermos y como espacio de entretención. El salón -posteriormente definido como teatro- comenzó su construcción en 1896, siendo inaugurado en julio de 1897. Es un volumen "donde se tocará música y se organizarán diversos tipos de entretenimiento". No se conoce el arquitecto del inmueble, siendo bastante probable que su construcción haya estado a cargo de la Sección de Arquitectura de la Junta de Beneficencia, que dirigió el asilo desde 1891 y que construyó la capilla del lugar. En la primera mitad del siglo XX el Teatro Grez albergó un sinnúmero de conciertos, coros, actos músico-literarios, danzas y obras de teatro. Únicamente en 1904 no se realizaron actividades, ya que a raíz de un incendio que destruyó importantes instalaciones del establecimiento se utilizaron las dependencias del teatro para instalar camas provisorias, entre otros motivo. El teatro se ubica colindando con el muro que separa el complejo de la vía pública por calle Dr. Charlín, en un área de equipamiento interno, entre la lavandería y el Club Escolar. Se caracteriza por el gran salón principal, de 11 por 26 m aproximadamente, compuesto por muros de albañilería de 50 cm de espesor aproximadamente. Es un inmueble ortogonal y simétrico, asumiendo su muro posterior una forma de ábside de líneas oblicuas, igualmente simétricas. El acceso actual sin vestibulación, se realiza traspasando la puerta principal de 2,25 m de ancho que se ubica en la fachada sur del Teatro, enfrentando el recorrido central del inmueble, presenta un escenario con trasescena y elemental equipamiento disponible para las presentaciones teatrales, que posibilitaron el uso de bambalinas y telones. El escenario contaba con una profundidad que permitía el uso de hasta tres telones. La puerta principal cuenta en su parte superior con una vidriera que posibilitaba el ingreso de luz natural y que constituye un recurso ornamental útil al interior y al exterior del inmueble. En cada muro longitudinal se ubican dos puertas laterales en los extremos del inmueble y cuatro ventanas distribuidas regularmente a 2 m aproximadamente. Los vanos de puertas y ventanas están compuestos por arcos adintelados donde los ladrillos conforman las dovelas ubicándose en el centro una clave formada por tres ladrillos centrales. En 1904 se pintaron una serie de murales en las paredes interiores del recinto. Si bien no se conoce con seguridad su autoría, el conjunto mural, particularmente las pinturas de paisajes, ha sido atribuido por tradición al artista nacional Pedro Lira (1845-1912) y a sus estudiantes. Al igual que el teatro, las pinturas están vinculadas al entorno científico y social de principios del siglo XX; las nuevas ideas permitieron su realización, probablemente como una más de las manifestaciones artísticas que se sucedieron en el edificio, complementándolas y contribuyendo con la experiencia terapéutica. Las imágenes de los murales son de gran formato y están compuestas por dos paisajes, diez cuadros individuales en los muros laterales con retratos de artistas clásicos - Moliere, Goethe, Shakespeare, Homero, Dante, Virgilio, Lope de Vega y Calderón de la Barca - y dos alegorías de musas griegas, junto a otros motivos arquitectónicos decorativos.