- Inmueble
- Residencial
- Vivienda
El Museo Regional de Rancagua consta de dos inmuebles construidos entre 1780 y 1785. Uno de ellos es la Casa del Ochavo o Casa de Don Calixto Rodríguez. Al igual que la vivienda adyacente, esta es representativa de la arquitectura colonial urbana del siglo XVIII, constituida por un plan en forma de cuadrado en cuyo interior se encuentra un patio rodeado de corredores. Presenta tejas de arcilla y amplias puertas para la entrada y salida de los caballos de la familia que la habitaba. Su primer y único piso está asentado en fundaciones de piedra bolón de río, sobre los cuales se erigen muros estructurales de 1 m. de espesor. Estructuralmente la soporta una serie de tabiques de madera con relleno de adobe parado y entablados revocados con barro, terminando en una armadura de techumbre. Su cubierta está protegida con tejas de arcilla hechas a mano, sus pisos interiores son de tabla y ladrillo y sus pasillos exteriores de baldosín.
El conjunto se destaca por su forma ochavada, como la mayoría de las casas del período colonial, para que los coches con caballos, al doblar, no pasaran a llevar los muros de adobe. Para acceder al interior se debe cruzar un vano mayor y una gran puerta de madera con aplicaciones de metal. Los volúmenes están rodeados por corredores conformando dos patios que se abren hacia el norte, en forma de U.
Respecto de sus propietarios se sabe que originalmente perteneció a la familia de Calixto Rodríguez y luego a la familia de Francisco Baeza, a partir de 1797. Distintos miembros de la familia Baeza fueron los propietarios durante todo el siglo XIX y parte del XX.
En 1967 la Municipalidad de Rancagua la adquirió de manos de la heredera Cristina Yuraszeck, última propietaria quien la mantuvo en condiciones parecidas al original, por ejemplo, sin luz eléctrica y con la decoración y muebles que su familia le legó. La Municipalidad procedió a su restauración, destinándola en 1970 a albergar al Museo Regional. En 1978 las colecciones fueron ubicadas por habitaciones, dando forma a la propuesta museográfica que intentaba recrear el modo de vida colonial de las familias más acaudaladas de la zona.
Durante la década de los 90 del siglo pasado se construyó el segundo patio de esta casa, siguiendo su forma original, obra que estuvo a cargo del arquitecto Fernando Gutiérrez.
Apelando a su valor arquitectónico y vinculación a la historia fundacional de Rancagua, la Casa del Ochavo fue declarada Monumento Histórico en 1980.
Producto de los daños causados por el terremoto del 27 de febrero de 2010, se debió iniciar un proceso de reconstrucción que terminó tres años después, con la reapertura de sus espacios en enero de 2013. En la actualidad, la casa, junto con la llamada Casa del Pilar de Piedra, constituyen el Museo Regional de Rancagua, el cual recoge colecciones de objetos históricos asociados a la ciudad.
La colección del Museo está organizada reproduciendo distintos ambientes de una casa del siglo XIX. Destaca el escritorio, salón, comedor, dormitorio, sala de imaginería religiosa y una sala de la época de la Independencia, con objetos y documentos de los próceres militares y una maqueta de la Batalla de Rancagua.
Decreto 725 (1980)
