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Turberas de Aucar

Localización: 
Los Lagos, Chiloé, Quemchi
Categoría: 
Santuarios de la Naturaleza
Tipología: 
  • Fauna
  • Flora y Vegetación
  • Paisaje

El Santuario de la Naturaleza Turberas de Aucar es un humedal que posee una superficie aproximada de 27,5 hectáreas y se encuentra emplazado en la comuna de Quemchi, provincia de Chiloé, Región de Los Lagos, que junto a las Turberas de Punta Lapa y Turberas de Púlpito conforman la denominada Red de Turberas de Chiloé.

Las turberas de Chiloé constituyen un ecosistema singular, frágil y escasamente representado, de características paleoambiental, ya que su formación obedece a procesos milenarios en los que se conjugan elementos geológicos, geomorfológicos e hidrológicos que generan ambientes saturados de agua, colonizados por especies vegetales hidrófilas, siendo el Sphagnum sp., la más característica.

Las turberas son los únicos reservorios de agua del archipiélago de Chiloé y la actual fuente de abastecimiento de agua para las comunidades locales, la mayor parte de ellas de características rurales, debido a su alta capacidad de almacenar agua en sus tejidos y, en consecuencia, en el suelo.

Las turberas se caracterizan por la presencia de comunidades de musgos y hepáticas. Específicamente, el género de musgos Sphagnum es relevante por su alta capacidad para captar y almacenar carbono atmosférico, disminuyendo los gases de efecto invernadero.

Esta área cumple un rol fundamental en la regulación hidrológica, manteniendo la calidad del agua dulce y la integridad de los ciclos hidrológicos, constituyendo verdaderas reservas hídricas, que prestan importantes servicios ecosistémicos de bienestar humano a los habitantes de la Isla Grande de Chiloé.

En cuanto a la fauna presente en el área de la Red de Turberas de Chiloé, ésta se caracteriza por la presencia del pudú (Pudu pudu) clasificado como Vulnerable y huillín (Lontra provocaz), zorro de Chiloé (Lycalopex fulvipes) y ranita de Darwin (Rhinoderma darwini), clasificadas como En Peligro.

Finalmente, este sector se destaca por la presencia de anfibios que constituyen excelentes bioindicadores de la calidad de los ecosistemas en donde se constata su presencia al ser integrantes fundamentales de las cadenas tróficas. Se destaca especialmente la presencia de la ranita de Darwin como especie carismática de la zona.