- Área Urbana
El valle de Limache ha sido ocupado desde tiempos prehispánicos. Durante el periodo colonial el asentamiento se produjo especialmente en la actual zona de "Limache Viejo", al norte del Estero de Limache, a partir de un intenso contacto entre españoles e indígenas (Doctrina Limache). Por su parte, la zona al norte del estero perteneció a terrenos de haciendas hasta mediados del siglo XIX. Fue entonces cuando, con motivo de la construcción de la ruta ferroviaria entre Santiago y Valparaíso -que incluía una estación en Limache-, el propietario Ramón de la Cerda propició la elaboración y ejecución de un proyecto urbano que fuera funcional a la conectividad local.
Es posible plantear que San Francisco de Limache constituye un precedente para el desarrollo del modelo urbanístico de Ciudad Jardín, con presencia de imponentes árboles en los espacios públicos y con el establecimiento de disposiciones de construcción, como antejardines para las viviendas en ciertos sectores residenciales. A su vez, se construyeron acequias que daban cuenta de la influencia de ideas higienistas y racionalistas provenientes de Europa. La fundación de San Francisco de Limache supuso la modernización de una sociedad eminentemente tradicional vinculada al cultivo de la tierra. El proyecto urbanístico significó dotar a Limache de los componentes de una ciudad moderna en cuanto a conectividad, transporte (ferrocarril y tranvía), higiene y servicios básicos, pero manteniendo la conexión con la naturaleza y los espacios rurales.
La venta de propiedades fue un éxito y el poblamiento de San Francisco de Limache fue aumentando exponencialmente. Si bien en un primer momento, debido a los montos de los terrenos y los gastos asociados a las construcciones, la población se componía esencialmente de familias de élite, con posterioridad ésta se fue diversificando a partir del establecimiento de servicios, el desarrollo de áreas comerciales, en especial en torno a la Estación de Ferrocarriles, y la llegada de fábricas a la zona. De esta manera, se fueron generando diversos espacios de sociabilidad entre distintas capas sociales, verificándose especialmente en el área que constituyen la Avenida Urmeneta y el Parque Vicuña Mackenna -denominado Parque Brasil desde fines del siglo XIX, permeando la historia local hasta la actualidad.