Iglesia de Nercón
La presencia de la Iglesia Católica en Chiloé se remonta a la época de la Conquista, cuando los primeros misioneros jesuitas llegaron a la Isla Grande y archipiélagos adyacentes para difundir el evangelio cristiano. Las misiones jesuitas levantaron capillas en distintos puntos de la región, muchas de las cuales fueron reemplazadas, ampliadas o reconstruidas en el siglo siguiente. En 1826, mediante la firma del Tratado de Tantauco, Chiloé pasó a formar parte del territorio soberano del Estado de Chile.